El enfoque del diseño interior se guió por un juego de contrastes materiales, concebido para subrayar el carácter contemporáneo de la intervención sin dejar de ser fiel al espíritu montañés. La elección de los materiales fue fundamental en este proceso: latón y acero grabado al ácido se encuentran con tapicerías de tejido alcántara, madera y travertino, creando una combinación sorprendente y armoniosa a la vez. El latón, con su calidez y brillo, contrasta con la frialdad del acero grabado al ácido, mientras que la alcántara añade una textura y suavidad que dialogan con la robustez y naturalidad de la madera. Estos materiales no sólo definen el espacio, sino que también cuentan una historia de elegancia, calidad y atención al detalle.

El diseño interior se aleja de los cánones estilísticos típicos de los Alpes tiroleses, proponiendo en su lugar un ambiente sumamente elegante y contemporáneo. Las líneas limpias y modernas del mobiliario se mezclan con elementos de diseño tradicionales, reinterpretados en clave moderna. La luminosidad de los espacios, realzada por grandes ventanales, se combina perfectamente con los materiales elegidos, creando juegos de luces y sombras que cambian a lo largo del día y siguen el ritmo de las estaciones.

La iluminación, tanto natural como artificial, está diseñada para realzar cada estancia, resaltando la belleza de los materiales y creando atmósferas cálidas y acogedoras. El uso de iluminación oculta y lámparas de diseño contribuye a crear una experiencia visual única, que encaja perfectamente en el contexto montañoso y al mismo tiempo lo transforma.

El complejo residencial, cuya arquitectura ha sido diseñada para minimizar el impacto visual y medioambiental, se integra armoniosamente en su entorno natural, como para subrayar un vínculo indisoluble entre el hombre y la naturaleza.

Para el parqué se eligió Desir de Listone Giordano, un detalle que no sólo añade un toque de elegancia y refinamiento al interior, sino que también refleja el compromiso con el uso de materiales de alta calidad. Además, el suelo de madera se integra perfectamente en el entorno, realzando la belleza natural de la madera y contribuyendo a crear un ambiente cálido y acogedor en todas las habitaciones.

Estos pisos en Kirchberg representan así un equilibrio perfecto entre innovación y tradición, entre confort contemporáneo y respeto por el entorno de montaña. Son espacios donde la vida cotidiana se enriquece con belleza y funcionalidad, donde el diseño se encuentra con la naturaleza, creando una experiencia vital sin precedentes. En esta visión, la arquitectura no es sólo un medio para crear espacios, sino que se convierte en una forma de vivir y percibir el mundo, en una síntesis perfecta de estética, confort y sostenibilidad.