Búsqueda cromática.
Pigmentación, mordientes
y tratamientos térmicos
de la madera.
La madera adora el color desde siempre. No solo porque en la historia del arte ha acogido la pintura al óleo de los principales maestros. En ebanistería, el vínculo ha sido igualmente continuo e indisoluble así como en la mejor tradición del parquet. La madera es tratada para protegerla de la mejor forma posible contra los agentes externos. Pero mientras desarrollan esta función primaria, los acabados pueden también contribuir a poner de relieve la belleza natural de la materia, esto es, enriquecerla con otros valores estéticos. Los tratamientos que siguen utilizándose hoy día, hunden sus raíces en la historia y en los antiguos saberes artesanales.
PARQUET: COLORES SIEMPRE PROTAGONISTAS
La pigmentación de color ha sido desde siempre protagonista de los talleres de los maestros ebanistas o laudistas, así como el mordiente obtenido mediante la tonalización o baños alcalinos capaces de interaccionar con los taninos y otros extractos naturales de la madera. Ambas son técnicas que han conocido muchas evoluciones y permiten en la actualidad alcanzar una extensa variedad de estéticas que abrazan desde los blanqueados a los decapados, pasando por la gama de los grises hasta los tonos marrones o más intensamente oscuros. Por lo general, son aplicaciones que actúan a nivel superficial.
Los tratamientos térmicos tienen un origen antiquísimo e italiano, que se remonta al siglo XV y, en particular, al original procedimiento puesto a punto por el genial ebanista, escultor y arquitecto Fra Giovanni da Verona, para la realización de sus célebres taraceas de madera.
En la actualidad, existen técnicas diferentes entre ellas que tienen en común el hecho de someter la madera a un ciclo de calor más o menos intenso y prolongado. El objetivo es obtener el resultado estético deseado y, al mismo tiempo, mejorar algunas de sus características, como estabilidad y durabilidad. Son tratamientos que, por su naturaleza, pueden actuar también en profundidad en el material.
EL BISELADO
Con el término «biselado» se indica el ligero redondeo que puede perfilar los lamas individuales de parquet. Puede implicar todo el perímetro, o solo los laterales longitudinales. Antaño, el redondeado de todos los bordes de arista viva era una medida necesaria para esconder las inexactitudes inevitables de coplanaridad entre los lamas, determinadas en origen por las tolerancias de las elaboraciones y después por los sucesivos movimientos de asentamiento. En un producto moderno de estabilidad mejorada, por lo general, no sería necesario. Y, en efecto, hoy, es una opción de carácter puramente estético, que puede responder al objetivo de destacar aún más el contorno de cada uno de los lamas. Se tiende, en cambio, a evitar cuando se busca una superficie con una percepción más monolítica e ininterrumpida.